Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Movimientos sociales y activismo en red (página 2)




Enviado por Djamel Toudert



Partes: 1, 2

 

La interpretación de Smelser busca responder
satisfactoriamente la naturaleza de
la acción
colectiva en faz de sistemas sociales
y políticos que se transforman con mucho menos dinamismo
que sus sociedades.
Sin embargo, tal enfoque – identificado con viejas y
contestadas presuposiciones funcionalistas –, peca por no
considerar los contextos históricos específicos en
que se da la acción social.

Son tantas las dificultades para entender la naturaleza
de la acción social de los movimientos sociales que, no
por casualidad, Tarrow afirmó que el campo de los
movimientos sociales es uno de los más indefinibles que
existen (cf. Melucci 1999: 12). Idea también compartida
por Castells, que, en medio de la controversia de su concepto, opta
simplemente por definirlos como acciones
colectivas que, dependiendo de su éxito o
fracaso, "transforman valores e
instituciones"
(Castells, 2000: 20).

Para Melucci, al intentar definir los movimientos
sociales, la mayoría de los autores hace poco más
que aislar aspectos empíricos de fenómenos
colectivos, acentuando elementos diferentes entre sí, lo
que complica cualquier tipo de comparación (id., ibid.).
Según ese autor, el concepto de movimiento
social "será siempre objeto del conocimiento
construido por el analista", pues "no coinciden con la
complejidad empírica de la acción" (Melucci, 1996:
21-2).

Si tuviéramos que optar por una definición
del término movimientos sociales, considerando los tan
variados abordajes existentes, podríamos decir que el
mismo se refiere a formas de organización basadas en un conjunto de
valores e intereses comunes, con el objetivo de
definir y orientar las formas de actuación social. Tales
formas de acción colectiva tienen como objetivo, a partir
de procesos
frecuentemente no-institucionales de presión,
cambiar el orden social existente o parte de él e influir
en los resultados de procesos sociales y políticos que
envuelven valores o comportamiento
sociales o decisiones institucionales de gobiernos y organismos
referentes a sus decisiones políticas.

3.1.Cambios en la Concepción de Movimientos
Sociales

La concepción de movimientos sociales estuvo
durante buena parte del tiempo
asociada a los movimientos de carácter revolucionario, cuyas acciones y
luchas políticas se encuadraban dentro de un espectro
político frecuentemente más radical. Hasta los
años 70, era frecuente la asociación de las luchas
políticas de los movimientos sociales a un supuesto cuadro
de lucha de clases en el interior de las sociedades capitalistas
– por lo tanto, dentro de un contexto mucho más
amplio, relacionado con el desarrollo de
las fuerzas productivas y las relaciones de producción existentes. Los movimientos
sociales eran identificados básicamente como un producto de la
acción histórica de la sociedad,
frente a las contradicciones del sistema
capitalista.

Tal interpretación de la naturaleza de los
movimientos sociales fue particularmente característica en
los abordajes marxista-estructuralistas. Esa lectura fue
volviéndose anticuada en la medida que los
movimientos sociales pasaron a proliferarse, ganando una notable
complejidad y alcance, con el surgimiento de organizaciones y
colectivos que luchaban por las causas más diversas.
Surgió entonces el término "nuevos movimientos
sociales" para designar tales colectivos que no encontraban una
interpretación satisfactoria en la mayoría de las
interpretaciones predominantes. Los "nuevos" movimientos sociales
serían principalmente los movimientos feministas,
pacifistas, ambientalistas, contra la proliferación
nuclear, entre otros. Tales movimientos, en su mayoría de
base urbana, estaban muy alejados del carácter clasista de
los movimientos sindical y campesino,
inclusive porque reunían sectores diversos de la sociedad
en favor de una misma causa.

La diversificación de los movimientos sociales
ocurrió en un proceso
íntimamente vinculado a la profundización de los
mecanismos e instituciones democráticas en las sociedades
occidentales capitalistas. Sólo no existían
movimientos sociales en las sociedades "sin clases" socialistas
debido a la propia represión que el régimen
ejercía sobre cualquier movimiento reivindicativo cuyo
origen estuviera fuera del espacio de control del
gobierno o del
partido. Tales regímenes impedían que las tensiones
sociales pudiesen venir a manifiesto a través de canales o
"escapes" espontáneos de la sociedad civil
que no fuesen aquellos permitidos. En tal contexto, el
"movimiento social" estaba, en tesis,
incorporado a las estructuras
del gobierno, ya que él debería confundirse con el
propio proceso revolucionario, expresión última de
la voluntad de las masas y base del gobierno
"proletario".

Con el proceso de apertura política
después de la crisis del
bloque soviético, se vio que subsistían bajo el
cemento del
socialismo
organizaciones civiles de todo tipo. Gracias a las nuevas
libertades conquistadas, poco a poco, algunos actores sociales
pudieron organizarse en torno de
identidades políticas. El "súbito" surgimiento de
más de mil organizaciones sociales, agremiaciones
políticas y otros colectivos civiles en la ex-Unión
Soviética, en el inicio del proceso de
democratización, es una prueba contundente de eso. Eso
puso en evidencia el hecho de que, aunque pudiesen ser una
expresión de la lucha de clases o de la desigualdad
social, los movimientos sociales nunca habrían
dependido de ellas para existir. Al contrario, su fortalecimiento
y proliferación estuvieron más asociados a la
maduración o transformación de las instituciones
democráticas y a la propia capacidad de
organización de la sociedad civil.

Hoy se observa que las demandas de los movimientos
sociales son muy variadas, específicas y, inclusive,
peculiares a ciertos contextos sociales, históricos y
culturales. El error del abordaje marxista de la acción
social fue la aceptación casi dogmática de un tipo
de interpretación basada en las estructuras sociales de
clases y sus antagonismos y tratar poco de la cuestión de
las identidades, valores y de los mecanismos y dinámicas
del sistema
político y social.

3.2. El cambio a
finales del siglo XX

El cambio en la comprensión de la
organización y acción de los colectivos
sociales ocurrió, en gran medida, en el transcurso de las
transformaciones en el escenario político internacional.
Con el fin de la guerra
fría y el éxito de la simbiosis entre democracia
occidental y capitalismo,
los movimientos sociales pasaron gradualmente a ser considerados
importantes actores sociales para la promoción de los derechos civiles y la
ciudadanía. Con la dispersión de las
brumas del conflicto
ideológico, tales iniciativas de la sociedad civil,
originadas "fuera" del escopo político del Estado
y de sus mecanismos controles – en vez de ser vistas como
subversivas, revolucionarias o marginales, pasaron a ser
entendidas como manifestaciones propias, típicas e,
inclusive, sanas, peculiares de un ambiente
político y social plural. Gradualmente, el Estado
pasó a verlos como aliados estratégicos y
necesarios que, al mismo tiempo en que aumentaban el alcance de
las democracias, prestaban legitimidad y hasta prestigio a los
gobiernos.

La incorporación de eses actores sociales en la
esfera política fue exitosa al invertir la lógica
del conflicto para la de la cooperación,
proporcionando, así, un mayor alcance de las instituciones
civiles en el ámbito de un gobierno democrático.
Los movimientos sociales consiguieron más legitimidad en
sus acciones reivindicatorias cuando el gobierno y sus
instituciones asumieron prácticas políticas
cooperativas,
fomentando instrumentos y políticas públicas que
proporcionasen mayor "porosidad" a las demandas de los colectivos
sociales. El cambio culminó con el reconocimiento, por
parte de las legislaciones nacionales, del estatus
jurídico y político de tales formaciones sociales.
Así, el Estado pasó la incorporar, a través
de arreglos institucionales y políticos, la acción
social de organizaciones originadas en la sociedad civil, como es
notorio el caso de las organizaciones
no-gubernamentales.

Aunque los movimientos sociales no puedan ser
confundidos, en rigor, con organizaciones sociales tales como las
ONGs, de hecho, es frecuentemente difícil hacer las
distinciones. Muchos movimientos sociales, al desarrollarse,
acaban por adquirir un carácter más institucional
como representante "legítimo" o mediador de ciertas
demandas e intereses de un segmento específico de la
sociedad. Por tal razón, muchos autores se refieren a los
sindicatos,
organizaciones religiosas, ligas urbanas, movimientos de barrio,
micro agremiaciones políticas, asociaciones de campesinos,
colectivos feministas y otros, igualmente como "movimientos
sociales". Posiblemente, el carácter común que
ellos tienen es que sus bases están en la sociedad civil
y, por otro lado, son portadores de una legitimidad
frecuentemente no-formal.

3.3. Movimientos Sociales y Democracia

En virtud de los cambios en el contexto político,
los movimientos sociales pasaron a desempeñar importantes
papeles como eficientes catalizadores de demandas sociales no
contempladas por el Estado – sea debido a la insuficiencia
de las políticas públicas o a la falta de
reconocimiento de tales actores sociales como actores
políticos.

En la medida que los Estados pasaron a reconocer la
legitimidad de los movimientos sociales como actores
políticos, se observó – especialmente en las
democracias occidentales – un notable crecimiento de
asociaciones e iniciativas comunes entre los mismos. Con base en
tales experiencias, fueron creadas (primero en Europa,
después en América), políticas de fomento para
apoyar la acción participativa de los colectivos sociales
y nuevas formas de asociación.

Sobre ese proceso de cambio, vale destacar ciertos
aspectos fundamentales:

a) la incorporación de los movimientos sociales
como aliados del gobierno democrático, viene
contribuyendo para una creciente institucionalización
de los mismos dentro de los sistemas políticos
.
Aunque admitamos que ese no es el caso de la mayoría,
los movimientos sociales ya hubieron entraron en una fase en
que no pueden más ser definidos genéricamente
como "no-institucionales", conforme destacan algunos autores
(Melucci, 1999; Pasquino, 1994: 791).

b) Al contrario de lo que afirman algunos autores, ni
todo movimiento social se inserta en una lucha por una mejor
distribución de las recompensas y
sanciones (Alexander, 1998) o tiene exactamente un adversario
(Castells, 1999: Touraine, 1995). Diferentemente de otros
tiempos, muchos movimientos sociales visan a la
cooperación, el voluntariado o la preservación
cultural. No tiene que haber necesariamente un
problema distributivo o alguna contestación para su
existencia. Las motivaciones pueden ser las más
diversas, como una creencia religiosa, un ideal, un conjunto de
valores, o la identificación con un grupo.
Aunque admitamos que la distribución de recursos
– ya sean financieros, de prestigio o poder
– o la existencia de un "adversario" pueda estar directa
o indirectamente relacionada con sus motivaciones, este ya no
es un elemento definitivo en los procesos de
formación de tales colectivos sociales.

c) Los cambios históricos y las adaptaciones
estratégicas
en las formas de organización y
actuación de los movimientos sociales trabajaron para
que los mismos pudiesen reivindicar siempre que necesario, como
forma de autolegitimarse, las presuposiciónones del
Estado democrático y las libertades constitucionales de
organización y expresión ideológica y
política. Cuando tal proceso culminó, la
organización y asociación de los individuos
pasó no sólo a ser garantizada, como incentivada
por los sistemas democráticos – inclusive en
vías del fortalecimiento de los gobiernos electos,
considerado el escenario de erosión
de la autoridad
del Estado.

Alan Touraine, en sus abordajes más recientes
sobre el tema, enfatiza la importancia de la democracia para los
movimientos sociales, así como de los mismos para la
democracia
:

"Más que la creación de una sociedad
política justa o la abolición de todas las formas
de dominación y explotación, el principal
objetivo de la democracia debe ser el de permitir que
individuos, grupos y
colectividades sean sujetos libres, productores de su historia, capaces de
reunir en su acción el universalismo de la razón
y las particularidades de la identidad
personal y
colectiva" (Touraine, 1995: 263).

Para él, la historia de la libertad en el
mundo moderno "es la de una asociación cada vez más
estrecha entre el universalismo de los derechos humanos
y la particularidad de las situaciones y relaciones sociales en
las cuáles esos derechos deben ser protegidos" (Touraine,
1995: 263).

Podemos afirmar que esa dimensión universalista,
va hoy bien más allá de la temática de los
derechos humanos, relacionando al compartimiento cada vez
más amplio de valores vinculados a los derechos de las
minorías, libertad de
expresión, conservación ambiental, derecho a la
diversidad cultural, libertad religiosa, igualdad
racial, igualdad de género,
calidad de
vida, a una distribución más justa de los
beneficios sociales de la economía global, etc.
Se trata también de temas que ocupan papeles centrales en
la agenda de los gobiernos y de los organismos multilaterales. La
lucha coalizacional de los movimientos sociales camina cada vez
más paralela a la incorporación de tales valores y
aspiraciones a las leyes y a las
prácticas políticas de los gobiernos nacionales y
locales. Es en ese contexto que los movimientos sociales tanto se
amparan como contribuyen para la constitución legítima de la base de
muchos de los mecanismos de presión para el
perfeccionamiento de las instituciones democráticas.
Fortalecidos por el derecho
internacional que vincula cada vez más legitimidad
a la democracia
(ver Held, 1997: 131-138), la legitimidad de
acción de los movimientos sociales se basa crecientemente
cada vez más en tales principios
"universales".

Con su "institucionalización" como actor social
necesario para el perfeccionamiento de la democracia,
vimos que los movimientos sociales pasaron a ser, probablemente,
los más dinámicos catalizadores de las tensiones y
conflictos
sociales. Por lo tanto, desde la travesía de los
años noventa al inicio del siglo XXI, los movimientos
sociales adquirieron un papel-llave como actor político en
un Estado democrático, por la importancia reconocida como
portador legítimo y representante dinámico
de reivindicaciones de sectores de la sociedad civil.

En los tópicos a continuación, nos
concentraremos en colocar en relieve las
tendencias de transformación de la acción colectiva
en vistas de la apropiación y de los nuevos usos de las
TIC
. Siguiendo la tendencia de otros segmentos de la sociedad
y de la economía, demostramos que el nuevo paso
fundamental en la historia de los movimientos sociales es su
organización en red, con acciones que
envuelvan articulación y alcance cada vez más
globales. Esta sería la forma más eficiente para
contraponerse a la acción de organizaciones y
corporaciones con que poderes cada vez más globales
– fuera del control democrático de los gobiernos
locales – en un ambiente marcado por instituciones locales
cada vez más frágiles por la acción
desestabilizadora de tales actores.

4. Movimientos sociales y (des)
gobierno global: nuevos campos de batallas para viejos
conflictos

4.1 El Contexto

En las recientes décadas, hubo un gran cambio en
las concepciones predominantemente aceptas de democracia en el
occidente. Los documentos
internacionales que respaldan los derechos humanos, de las
mujeres, niños,
minorías, son expresiones de ciertos consensos. Organismos
multilaterales celan de alguna forma por el cumplimiento de
tratados y
acuerdos internacionales. Eso, seguramente se ha reflejado en la
forma como el gobierno y las instituciones estatales tratan de
tales temas, especialmente por la posibilidad de sufrir sanciones
y reprimendas internacionales.

Pese a ese cambio formal de la relación
entre los gobiernos y la sociedad civil con respecto al
tratamiento de tales derechos civiles y sociales, las relaciones
globales entre movimientos sociales, gobiernos y corporaciones,
están repletas de conflictos. Antes de seguir adelante,
señalamos tres factores fundamentales que servirán
como paño de fondo de nuestro análisis, asociados a la interdependencia,
al descontrol y al empoderamiento de los agentes sociales y
económicos:

i) Interdependencia e interconexión
reactiva
. Hay una situación cada vez más
difusa e indefinida en lo que se refiere a la relación
del gobierno local con "el gobierno global". Las decisiones de
gobiernos locales no afectan sólo al Estado o a la
jurisdicción a la cual están asociadas;
desafortunadamente, los gobiernos locales no apenas influyen
como también tienen que responder a situaciones que
están fuera de su "espacio" de control.

Las tentativas de "reordenar" o buscar nuevas
condiciones de equilibrio,
pasan, inexorablemente, por la concertación
política entre los actores envueltos. Tratados, acuerdos
y pactos internacionales pasan a ser cada vez más
necesarios. De igual manera, gobiernos, empresas,
colectivos sociales y organizaciones diversas tienen que buscar
respuestas a su altura para tales situaciones, lo que significa
articular acciones cada vez más complejas, envolviendo
cooperación, asociación y alianzas con otros
actores sociales que actúan desde ámbitos
externos.

Si la creciente interdependencia entre lo global y lo
local hace con que las decisiones que afectan a las comunidades
políticas "huyan" de las instancias de control local, la
interconexión reactiva de los actores locales
contribuye de alguna forma para solapar las instituciones
democráticas locales. Eso transcurre porque, en el
intento de obtener control, se establece nuevas
conexiones.

ii) Zonas grises de descontrol. En lo que se
refiere a las corporaciones económicas, principalmente
las de gran porte, estas están cada vez más
frecuentemente fuera del control de los gobiernos
democráticamente electos; eso significa también
que actúan dentro de contextos jurídicos variables o
hasta "inexistentes", en una zona "gris" donde es posible
resguardarse o escapar de las jurisdicciones locales y de los
controles de las sociedades civiles organizadas en el interior
de los Estados. Nos referimos, por ejemplo, al movimiento de
capitales (inversión, remesas internacionales,
transacciones entre filiales), al uso de la mano de obra, al
respeto a
las leyes ambientales, al respeto a los derechos sociales y
laborales, entre otros aspectos.

El mundo de las grandes corporaciones impone grandes
desafíos a las democracias, así como a la
actuación de los movimientos sociales. Eso acaba
resultando, en contexto de conflictos, en el surgimiento de
prácticas y reacciones bien diversas de ambas
partes.

iii) El empoderamento de las agencias sociales.
La sociedad de la información dispone herramientas
que estimulan la competición entre las agencias
sociales. Los riesgos
derivados de negocios
cada vez más complejos y arrojados y la inestabilidad de
los mercados
nacionales integrados en un gigante mercado
global, imponen crecientes desafíos a la capacidad
de intervención y control de los Estados nacionales,
perjudicando la gobernabilidad y la accountability. Si,
por un lado, como nos recuerda Held (1997), una gran parte de
las decisiones que afectan la vida de las personas son tomadas
en espacios jurídicamente no definidos, donde la
opinión
pública y las mayorías nacionales tienen una
influencia mínima, por otro, ese mismo escenario ha
posibilitado niveles de organización, intercambio y
acción igualmente complejos por parte de individuos,
grupos y colectivos sociales – imposibles de que sean
llevados a la cabo hace algunos años atrás.
Herramientas tecnológicas posibilitan potenciar
enormemente la acción de un mero grupo de individuos.
Tal escenario apunta para conflictos de difícil
mediación, marcados por la acción y
organización virtual y electrónica desterritorializada,
desencadenada por los más diversos actores sociales
– muchas veces insospechables. En un espacio donde no hay
de hecho un gobierno, una autoridad legítima, queda
difícil la distinción entre las formas de
activismo más pacíficas y aquellas más
incisivas, que se aproximan de acciones criminales de grandes
proporciones. Ese "empoderamiento" de las agencias sociales e
individuales es todavía un elemento no suficientemente
estudiado y analizado en las ciencias
sociales.

4.2 La acción colectiva en ese
contexto

Así como los actores políticos y
económicos se "globalizan", lo mismo ocurre con los
colectivos sociales, incorporando lo que las nuevas
tecnologías de información y comunicación mejor les ofrecen, de forma a
compensar la desigual distribución de recursos y
poder.

Debido al aumento de la acción colectiva en
áreas de difícil definición jurídica
y política, activismo político, crimen y compromiso
con causas sociales se confunden cada vez más en la
acción de los movimientos de los grupos radicales y
organizaciones que actúan en redes supranacionales.
Agrupando decenas o hasta centenares de organizaciones de
diferentes portes y oriundas de diversos universos culturales,
lingüísticos e identitários, con base
en la infraestructura de la red mundial, ellas consiguen agregar
eficiente y eficazmente el descontento para generar amplias y
complejas sinergias en acciones globales.

4.2.1. TIC y
Movimientos Sociales

La posibilidad de comunicación rápida,
barata, y de gran alcance, hace de la Internet el principal
instrumento de articulación y comunicación de las
organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales y
grupos de ciudadanos. Podríamos hablar aquí de la
telefonía móvil, de la radio, etc.
Pero vamos concentrarnos en la Internet, que incluso es para
dónde convergen las otras formas de
comunicación.

4.2.2 El Espacio público de los
flujos

La red se convirtió en un espacio público
fundamental para el fortalecimiento de las demandas de los
actores no-estado que consiguen contornear la desigualdad de
recursos para ampliar el alcance de sus acciones y desarrollar
estrategias de
lucha más eficaces. Ella emerge como un espacio
público que posibilita nuevos caminos para interacción política, social y
económica. Principalmente por el hecho de que permite que
cualquier ciudadano pueda asumir al mismo tiempo una variedad
enorme de papeles – como ciudadano, militante, editor,
distribuidor, consumidor, etc.
– superando las barreras geográficas y, hasta cierto
punto, las limitaciones económicas (Machado,
2003).

5. Nuevas formas de
actuación

La guerra de la
información durante la invasión de Irak, fue un
ejemplo emblemático. Mientras la gran mass media
estadounidense y mundial se inclinaba hacia una "lectura"
claramente pro-EUA, agencias de noticias
menores, mass media árabe, bloggers,
colectivos sociales anti-guerra, activistas diversos y la
prensa
independiente daban otras versiones del conflicto. Ese
ecléctico "mass media alternativa" difundía
noticias e imágenes
que normalmente no llegaban a los telespectadores por las
emisoras de TV y grandes agencias internacionales. Sus contenidos
se proliferaban rápidamente por la red, alcanzando a
millones de personas conectadas, ávidas por informaciones
del conflicto. Además, había una gran
difusión de e-mails, mensajes SMS, comunicaciones
por telefonía movil y conexiones en vivo del front
vía satélite. Eso desencadenó una verdadera
guerra de información para conquistar corazones y mentes
(1).

En ese mismo contexto, una organización con base
en la red, la MoveOn.org, consiguió la proeza de organizar
la mayor protesta ya realizado en Nueva York, llevando 250 mil
personas a las calles para manifestarse contra la guerra (el
día 15 de febrero de 2003). Esa misma organización,
levantó recursos a través de la web para extender
su campaña para las TVs, periódicos y
radios.

Un otro ejemplo reciente fue el de la reacción
popular a la posición del gobierno español
tras el atentado de 11 de marzo de 2003, en España. En
vísperas de la elección, el gobierno español
intentó a toda costa responsabilizar el grupo separatista
vasco ETA por los atentados, reteniendo informaciones y
presionando fuertemente la mass media nacional. Eso porque
había enviado tropas de apoyo a la invasión de
Irak, contrariando la inmensa mayoría de la población, que no quería ver el
país envuelto en el conflicto y mucho menos incluido en el
mapa del terrorismo
islámico. En las horas siguientes a las explosiones, a
medida que las informaciones advenidas de los organismos de
seguridad se
mostraban contradictorias y sospechosas, se observó una
gran reacción en cadena. Millones de mensajes SMS fueron
deflagrados protestando contra la acción del gobierno.
Fuera de los canales tradicionales, blogs,
fotos enviadas
en tiempo real de las marchas e e-mails denunciaban la farsa
preelectoral. Aún con una prensa "cautelosa" y sometida a
pesadas presiones – venidas, inclusive, del gabinete
presidencial –, el partido del gobierno, antes franco
favorito en las elecciones, vio en cuestión de horas su
deseo de permanencia en el poder arruinarse. Eso no sería
posible si no fuera por la utilización de esas
herramientas tecnológicas como apoyo a la acción
ciudadana.

Tales hechos atestan el surgimiento de nuevas formas de
organización y articulación de individuos y
colectivos en amplias y difusas redes sociales, algo imposible de
ocurrir hace algunos años atrás – por lo
menos de esa forma y con tal alcance. La materia-prima
básica de esa nueva forma de organización es la
información ampliamente generada, distribuida y
compartida. Ese poder resulta de la ampliación de la
capacidad de producir, reproducir, compartir, difundir y expresar
hechos, ideas, valores, visiones del mundo, experiencias
individuales y colectivas en torno a intereses, identidades y
creencias – y en un espacio muy corto de tiempo. Esa
repartición de valores, ocurre con mediaciones cada vez
menores
y sin interferencia directa de gobiernos o
corporaciones.

Tradicionalmente, muchos gobiernos y corporaciones
conseguían imponer medidas en contra de los intereses
colectivos debido a la creencia de la incapacidad de
organización y resistencia de
los afectados. Sin embargo, con el uso creativo de las nuevas
herramientas tecnológicas, acciones más
específicas y circunstanciadas pueden generar,
potencialmente, un agregado de fuerzas contrarias de alcance
global. A los individuos y colectivos, que otrora se encontraban
dispersos o aislados, se les hace posible concentrar su
acción en favor de una causa común, con base en las
cada vez más extensas redes de solidaridad.

Ejemplos no faltan: ecologistas locales y las redes de
denuncia y articulación global, activistas de los derechos
humanos y las grandes organizaciones internacionales
(Amnistía Internacional; American Watch), grupos por una
globalización alternativa y las redes de
organizaciones en apoyo a los países pobres y excluidos de
los beneficios de la economía global, o las extensas redes
de exiliados por el mundo (como la Palestinian NGOs Network).
Como si no bastara, se observan alianzas y cambios de
informaciones y apoyo entre las diferentes redes de colectivos
sociales
, explotando los elementos que tienen en
común. Nos referimos, por lo tanto, a las redes que
incluyen centenares de entidades, que intercambian
información, forman grupos de
presión y se apoyan mutuamente. Estas son
incomparablemente mayores que hace poco más de diez
años, cuando se comenzó a hablar de ellas (ver
Scherer-Warren, 1993).

5.1. Organizándose en redes: algunos
casos

Algunos ejemplos de actuación en red por parte de
las organizaciones sociales son los del Global Watch, No Border,
Palestinian NGOs Network, Global Citzen Initiative, Third World
Network, ICG, Fórum Social Mundial y de la Confederation
Paysanne. Listamos abajo algunas de las redes de organizaciones,
que funcionan como especies de puntos nodales de colectivos y
agrupaciones de activistas menores y diversos.

Tabla: Organizaciones
en red o redes de organizaciones

Aún podrían citarse otras redes de
organizaciones de bastante relieve, como la SETEM, la
Confederation Paysanne, ATACC, Forum Social Mundial, entre otras.
Sin embargo, sus características y formas de
articulación no se diferencian mucho de las ya citadas
(7).

Hay, aún, organizaciones que, aunque no
actúen en red de organizaciones, reúnen redes con
centenares de miles de personas y tienen un gran poder de
movilización y lobby. Es el
caso de la Public Citizen, en los EUA, dedicada a la defensa del
ciudadano y consumidor, que milita por causas tan diversas como
por justicia
económica y social en los negocios comerciales,
accountability político, uso de energías
limpias y sustentables, protección ambiental y salud.

Organizaciones más antiguas, "pre-Internet", como
Greenpeace, WWF, American Watch o Amnistía Internacional,
utilizan la red para divulgar sus acciones, documentos, dossier,
comunicados, promover sus campañas, comunicarse con las
representaciones locales, recaudar fondos y aceptar filiaciones.
En el caso de esas ONGS más antiguas, hace falta
aún averiguar cual el tipo de transformación que
Internet ocasionó concretamente en su cultura
organizacional.

Podrían ser relacionadas también otras
redes o subredes menores, intra y transorganizacionales. Sin
embargo, esas redes son tan complejas y amplias, que
necesitarían descripciones que van más allá
del propósito de este artículo, ya que envuelven,
inclusive, conexiones y contactos individuales de sus
miembros.

¿Tales características
representarían un marco en el cambio de actuación
de los movimientos sociales? ¿Esas grandes redes de
movimientos, que vienen articulándose por la web en los
últimos años, representan, de alguna forma, el
futuro de los movimientos sociales y de la acción
colectiva? Tales cuestiones son aún difíciles de
responder, pero no hay como negar de que se trata de tendencias
muy fuertes de cambio, principalmente en lo que se refiere a las
formas de organización y actuación de los
movimientos sociales. Tales redes, al igual que las formas de
organización conocidas, son caracterizadas por el
voluntariado, reciprocidad y modelos
horizontales de comunicación y cambio. En eso no hay
novedad. Lo que llama la atención es de que tales elementos fueron
enormemente potenciados.

Para Keck & SikkinkTais, tales articulaciones
son resultado de una búsqueda más eficiente para la
formación de un "bloque de canales" a través de
alianzas entre grupos locales conectados a una red internacional y sus
gobiernos. El compartir la información tendría un
papel-llave para la construcción de estructuras compartidas de
gran significado como parte de su actividad política
(1998: 17). Y la fuente de su acción colectiva se
basaría en la creencia de las libertades de las teorías
liberales y en la conciencia
individual donde "el individuo
puede hacer la diferencia" (1997: 2).

Tales redes ejercen una influencia simbólica cada
vez más fuerte en la responsabilidad política
(accountability). Es esto que apuntan Smith, Pagnucco
& Chatfield. Para estos autores eso ocurre "por medio del
fortalecimiento de la información y
contra-información política, por la
alineación de estrategias de actuación, el
compartir de metas y otros tipos de apoyo recíproco". De
esa forma, tales organizaciones "consiguen conectar lo local, lo
nacional con lo global, así como las arenas
políticas inter y trans-gubernamentales, creando
así una nueva estructura de
política global que desagrega el Estado y la
política local en la intersección de los niveles
nacional e internacional" (1997). La necesidad del compartir de
un conjunto de valores, en algún nivel, es otra
característica de tales redes, que pueden unir, como
destaca Escobar (2000), ONGS, fundaciones, iglesias, grupos de
consumidores, movimientos sociales locales y algunos
actores-Estado alrededor de una misma causa.

Tal forma de organización, permite a partir de
tan sólo algunos puntos nodales integrar o conectar redes
inmensas y diversas. Aunque la complejidad de tales conexiones
aún no haya sido suficientemente estudiada, vale destacar
algunas investigaciones
pioneras en tal sentido, realizados a través de
aplicación de análisis de redes, como el de Diani
(2003a) y de Oliver & Myers (2003) – este último
un interesante trabajo sobre
las redes de acción colectiva en la difusión de
protestas.

5.2 Nuevas TIC y la radicalización de
movimientos sociales

En los últimos años, un otro aspecto que
ha llamado la atención de los científicos sociales
y políticos es el notable aumento del activismo
político a través del hackerismo. El hackerismo
incluye formas muy diferentes de actuación, que envuelven
problemas tan
diversos como de difícil interpretación en lo que
se refiere a los enfoques tradicionales sobre el derecho
internacional, la democracia, las libertades civiles, las formas
de organización política, identidades culturales y
valores sociales.

Una de las empresas más conocidas de seguridad en
la Internet, constató que buena parte de los ataques
registrados en las webs de corporaciones y gobiernos tiene
motivaciones políticas e ideológicas. La Mi2G
recolectó información sobre más de 100 mil
ocurrencias provocados por cerca de 6 mil grupos de hackers. Un
ataque digital ocurre cuando un grupo hacker obtiene
acceso no-autorizado a un sistema en línea y realiza
modificaciones en alguno de sus componentes – por lo tanto,
conceptualmente no se trata sólo de invasión. Tales
ataques digitales aumentan en periodos de conflicto
político. Un ejemplo, es el de la guerra de Irak. Por
ocasión de ella, hubo un récord de ataques
digitales con éxito perpetrados por grupos
pro-islámicos y pacifistas occidentales – cerca de 30 mil
casos en mayo de 2003 (Mi2G, 2003b). Ondas de ataques
semejantes ocurrieron también, por ejemplo, por
razón de la guerra de Yugoslavia, durante periodos de
tensión entre China y
Taiwan, o entre Israel y
Palestina – la Intifada Digital – y también cuando
un avión espía estadounidense fue descubierto en
flagrante y retenido en China, en abril de 2001 (Machado,
2003).

La relevancia de estos datos aumenta
cuando observamos que la mayor parte de las ocurrencias
analizadas por la Mi2G tiene relación con alguna forma de
activismo, clasificadas principalmente en cuatro
categorías: "tensión política"; "protesta y
guerra digital"; "protesta anti-globalización o
anti-capitalismo"; "activismo ecológico y en favor de los
derechos humanos". Considerando que muchas acciones identificadas
como "hackerismo recreacional" tienen como objetivo causar
pérdidas y daños a grandes empresas, no se puede
excluir la existencia o la combinación con otras
motivaciones de fondo ideológico o
político.

Los perjuicios con actividades de hackers en 2004,
incluyendo los programas
maliciosos ("malwares") ya estarían entre 157 y 192
billones de dólares (MiG2, 2004). Para efecto de
comparación, en 1996, los daños fueron de
"sólo" 800 y 900 millones de dólares (Mi2G, 2003).
Algunos de los factores que contribuyen para el aumento continuo
de los ataques son: la constante innovación
tecnológica, la creciente interconexión global,
el incremento de la digitalización en las prácticas
y trámites empresariales y gubernamentales, el bajo coste
y bajo riesgo en
relación al daño
causado y la dificultad para llegarse al atacante. Nos atrevemos
a afirmar que, con la constante informatización, aumento e
integración de los bancos de datos,
mejoría en las formas de conexión remota,
habrá escenarios para verdaderas guerras
digitales, con el hackerismo y el crackerismo e sus variantes
creciendo enormemente.

¿Cual es la frontera entre
hackerismo, activismo político y movimientos sociales? El
hackerismo motivado política e ideológicamente se
hizo tan frecuente que ganó la denominación de
hacktivismo. Por ser considerado un crimen, sus ejecutores
prefieren no identificarse. Aunque sea difícil afirmar
quiénes son los individuos que lo practican, muchos
colectivos radicales lo utilizan. Es sabido que redes de
organizaciones como No Border o los movimientos o colectivos
sociales integrantes del Nodo50, Oxfam y PeaceNET ya lo
utilizaron (8). Actualmente, centenares de miembros de
algunas de esas entidades responden a procesos en sus respectivos
países o son acusados en otros (ver el caso de la No
Border en Machado, 2003). Desde sus orígenes, el
hackerismo tuvo conexión con la contracultura, conforme ya
describió Castells (2003: 122-4). Es conocida su
asociación con otras formas de militancia, con movimientos
alternativos y la juventud de
izquierda.

Pese a los riesgos de la acción, no hay ninguna
evidencia de que practicas tan eficaces cuanto "accesibles"
puedan ser abandonadas. Por el contrario, en un contexto
caracterizado por un capitalismo de grandes corporaciones,
profundas desigualdades y graves injusticias, con tantos sistemas
complejos conectados, la sociedad "de la información"
ofrece un horizonte tan amplio cuanto atractivo para las
creativas intervenciones del hacktivismo.

El mayor problema es la dificultad de lidiar con el tema
desde el punto de vista legal y político. Esto porque lo
que ocurre en el ciberespacio es, en tesis, asunto de todos y
de ningún país al mismo tiempo
, ya que todas
las jurisdicciones están conectadas. Para la justicia de
la mayoría de los países, aún no está
definida la diferencia entre ciertas formas de activismo virtual
y una acción criminal. Los marcos tradicionales de
los Estado-nacionales son insuficientes para ofrecer
garantías y delinear límites
para las movilizaciones y prácticas políticas en el
ciberespacio. Inclusive, la mayor parte de los países no
tiene legislación específica para tratar del
asunto. Así, el tema acaba quedando a la merced de las
interpretaciones de jueces locales, lo que, frecuentemente, ha
sido la causa de grandes mal-entendidos (ver Schiller, 1998 y
Machado, 2002).

5.3 Características de los Movimientos
Sociales faz a las nuevas TIC

Después de presentar una descripción sobre las nuevas formas de
actuación posibles de los movimientos sociales, cabe ahora
sumariar algunas de las características de los movimientos
sociales que actúan por medio de las redes
telemáticas:

  1. Proliferación y ramificación de los
    colectivos sociales
    . La rapidez y el alcance de las nuevas
    TIC permite una proliferación de las organizaciones
    civiles y colectivos sociales, así como una
    integración eficiente y estratégica entre los
    mismos; basado principalmente en el idealismo y
    el voluntarismo de sus miembros, incentivados por la
    relación coste-beneficio bastante favorable, surgen
    nuevas formas de alianzas y sinergias de alcance global. Como
    eso, aumentaron enormemente las formas de movilización,
    participación, interacción, acceso a la
    información, la provisión de recursos, las
    afiliaciones individuales y las ramificaciones entre los
    movimientos sociales.
  2. Horizontalidad, flexibilidad de las redes. Las
    organizaciones tienden a ser cada vez más horizontales,
    menos jerarquizadas, más flexibles, con múltiples
    nodos y conectadas a numerosas microrredes o
    células
    (9) que pueden ser rápidamente
    activadas. Conforme Castells (1999: 426), los nuevos
    movimientos sociales se caracterizan cada vez más por
    "formas de organización e intervención
    descentralizada e integradas en red".
  3. Tendencia coalizacional. Actúan
    crecientemente en forma de redes coalizacionales (Diani, 2003b,
    Escobar, 2000) de alcance mundial, en torno a intereses
    comunes, y con base en la infraestructura de
    comunicación propiciada por la Internet.
  4. Existencia dinámica o según los hechos.
    Poseen enorme dinamismo, pueden formarse, alcanzar ciertos
    objetivos,
    causar repercusión e impacto, y expandirse por causa de
    un hecho político; de la misma forma, pueden deshacerse
    o desaparecer rápidamente, conforme la
    situación.
  5. Minimalismo organizacional-material. La sede
    física
    se hizo irrelevante; fax,
    teléfono o dirección postal pasan a ser ítems
    secundarios. La posibilidad de operación a un coste muy
    bajo, incentiva el surgimiento de nuevos movimientos sociales y
    sus asociaciones entre sí.
  6. Universalismo y particularismo de las causas.
    Los ideales pueden ser universalistas y particularistas. Pueden
    atender a una o a un conjunto de aspiraciones de colectivos
    sociales bastante pequeños y específicos (e
    inclusive geográficamente separados). Sin embargo,
    aunque vinculados a una causa o tema específico, la
    lucha puede orientarse cada vez más con relación
    a un cuadro de luchas más amplio, con respeto a
    principios de aceptación universal, como el desarrollo
    sustentable, los derechos humanos, el derecho a la
    autodeterminación de los pueblos, el combate al racismo y a
    las formas de discriminación, la democracia, la
    libertad de expresión, etc.;
  7. Gran poder de articulación y
    eficiencia
    . Permite la organización de protestas
    simultáneas en diferentes ciudades y países,
    así como la articulación local de varios grupos
    de manifestantes dispersos. Al contrario de lo que se puede
    creer, la convergencia de intereses no se da solamente en el
    plan virtual.
    Ella se materializa también por acciones concretas. Es
    el caso, por ejemplo, de las acciones del MoveOn, No Border,
    Oxfam, Confederation Paysanne, ATACC, grupos Okupa, entre
    otros. Su geometría puede ser variable,
    concentrando y activando sus nodos y combinando estrategias
    variables conforme la necesidad.
  8. Estrategias deslocalizadas de ideologías
    compartidas.
    Las estrategias en el espacio de los flujos,
    son deslocalizadas; buscan conectar identidades, objetivos,
    ideologías y visiones de mundo compartidas. Identidad y
    solidaridad pasan a desempeñar papeles fundamentales en
    la formación de tales redes. Esa característica
    se asocia a lo que Castells llama de identidades de
    resistencia. Según él, la constitución de
    los sujetos se da en un contexto de "sociedades civiles en
    proceso de desintegración". La identidad pasa a ser
    así un elemento de "resistencia comunal" (1999:
    25).
  9. Multiplicidad de identidades / circulación
    de militantes
    . Permite la circulación de los
    militantes en las redes. Un mismo activista puede estar
    enmarañado en otras causas, con otros actores
    individuales y colectivos
    ; puede militar en varios
    movimientos e, inclusive, transmitir sus reivindicaciones en
    las diferentes redes en que participa (a través de sus
    conexiones identitárias). Como la unión de
    sus miembros puede ser sólo específica o puntual,
    no es rara la participación de un individuo en un
    movimiento social donde comparte un interés
    con personas que, en otras dimensiones de la vida social,
    tienen aspiraciones, valores y creencias bien diferentes. Para
    Giddens (1991 y 1997), la auto-identidad es una
    característica fundamental de lo que llama "modernidad
    tardía". En un escenario de creciente
    interconexión entre la intencionalidad con "la
    extencionalidade" – capacidad de interacción con
    elementos cada vez más globales – al individuo se
    le hace posible negociar una serie de estilos de vida y
    opciones de vida, construyendo su identidad en términos
    de su interacción dialéctica con lo global.
    Castells, la hablar de la construcción social de la
    identidad, llama de "identidad de proyecto"
    cuando "los actores sociales, utilizándose de cualquier
    tipo de material cultural a su alcance construyen una nueva
    identidad" (Castells, 1999: 24). La identidad "de proyectos"
    está relacionada a la construcción de proyectos
    de vida por prolongación de la identidad y experiencias
    del individuo, que dan espacio al surgimiento de nuevos sujetos
    (id., ib.: 26).
  10. Identidad difusa. El anonimato y la
    multiplicidad de identidades potencian las formas de activismo.
    Pero también por esa razón es que cada es vez
    más difícil tratar de cuestiones
    identitárias de los movimientos sociales. Los intereses
    de los individuos que los vinculan a las redes son cada vez
    más cruzados, diversos y frecuentemente tenues. Se lucha
    cada vez más alrededor de códigos culturales,
    valores e intereses diversos. Esa lucha se da cada vez menos a
    partir de los individuos y más sobre la
    construcción de sujetos sociales
    . Esa complejidad
    característica de los movimientos sociales
    contemporáneos es destacada por algunos autores, como
    Melucci. Para él, sus estructuras son cada vez
    más difíciles de que sean especificadas como
    actor colectivo, poseyendo "formatos cada vez más
    indistintos y densidades variables" (Melucci, 1996:
    114).

6. Conclusión

En el transcurso de este texto,
buscamos mostrar como las TIC, con especial atención a la
Internet, proporcionaron nuevos horizontes para el activismo
político. La "apropiación" de espacios en la red
mundial por los movimientos sociales ha contribuido para el
fortalecimiento de las demandas sociales al ofrecer ciertos
tipos de
organización, formas de articular acciones y de hacer
política que no se conocían antes.

Articulaciones de grande escala o
manifestaciones con apoyo diversificado y masivo, como las
ocurridas por ocasión de las cúpulas y reuniones de
la G7, OMC, FMI, Banco Mundial,
Forum Económico Mundial y de la Guerra de Irak, no
podrían ser realizadas por esos movimientos sociales hace
algunos años atrás – o, por lo menos, sin una
dificultad mucho mayor. El uso intensivo de las TIC
permitió que, de forma contraria o independientemente a
los medios
tradicionales y tipos de control social, desde centenares de
nodos, formados por colectivos de activistas de todo tipo, un
enorme flujo de informaciones circulara, resultando en
algún nivel de concienciación y una eficiente
articulación de medios, recursos y estrategias para
grandes movilizaciones.

Hay que llamar la atención de que tales cambios
en las estructuras y formas de actuación de los
movimientos sociales están en una etapa inicial. Hay un
gran horizonte de transformaciones por la frente, considerando la
falta de conexión en muchos países del mundo, el
analfabetismo
digital o las dificultades y límites ocasionados por la
alfabetización digital tardía de los
estratos de edad superiores, el predominio de sectores de la
clase media y
alta en tales organizaciones y, sobre todo, porque se trata de
transformaciones operadas en su mayoría por una
generación que aún tiene que asumir posiciones
más importantes en la sociedad. Tales transformaciones
dependen aún de la asimilación de nuevas
prácticas culturales, aún presentes en sectores
minoritarios de la sociedad global y el surgimiento de una nueva
generación mayoritariamente habituada al uso de tales
herramientas.

Tales tecnologías han permitido no sólo la
formación, sino también la existencia de nuevos
entes políticos. Conforme ya descrito, varios actores
sociales surgen o se forman apoyados en redes y subredes menores,
especies de células
"durmientes", que pueden ser activadas a cualquier momento,
según una lógica relacionada con elementos
identitários, valores e ideologías. Se trata, pues,
de un juego en que
las múltiples identidades sociales, intereses e ideas se
articulan y se combinan con gran dinamismo en torno a objetivos y
fines específicos y determinados. Lo que llamamos de
fuerzas "durmientes", nada más son que mentes – o
personas – conectadas que individualmente pueden poco
más que indignarse frente a situaciones de injusticia,
pero como parte de una red, se sienten encorajadas a desencadenar
acciones. Los movimientos sociales articulados en red tienen el
poder de agregar esas "identidades individuales", frecuentemente
anónimas y dispersas, activando los elementos
identitários de solidaridad.

Para poder hacer frente a los intereses de grandes
actores, los movimientos sociales tienen como principal recurso
– y, por veces, el único – la
información. Estratégicamente difundida, y aliada a
formas de articulaciones tradicionales – como
manifestaciones, protestas, campañas mundiales –, la
información y el conocimiento pueden eficientemente
desencadenar procesos de cambio social. La información es
sólo una materia bruta que puede ser transformada en
ideología. De ahí que los
movimientos sociales se orientan cada vez más alrededor de
los medios de
comunicación – cuyo poder de persuasión
puede ser, por veces, mucho más poderoso que, por ejemplo,
el uso de la fuerza
para difundir y compartir valores, visiones de mundo y
experiencias. En ese contexto, vale recordar del concepto de
repertorios "de la acción colectiva", de Tilly (1978).
Aprendidos por la tradición política, por la
participación y por su circulación en los mass
media
, esos "repertorios" son responsables por un mayor
alcance y más posibilidades de la acción colectiva.
Bajo ese enfoque, innovación, difusión e
incorporación de ciertas formas de acción colectiva
dependen de la rutina de la población, sus
experiencias, organización y modelos de sociedad a la que
son expuestos
. Con el aumento del uso de las
tecnologías de información y comunicación,
tales repertorios son cada vez mayores. Experiencias,
modelos sociales, valores y signos
culturales son cada vez más difundidos, confrontados y
compartidos, creando un amplio horizonte de
transformación simbólica y social.

En ese contexto, se consolida también la
tendencia de que la mayor parte de los movimientos sociales a
través de la red se oriente por valores universales, como
derechos humanos, de minorías, libertad de
expresión, preservación ambiental y otros,
reivindicando las garantías de las leyes del moderno
Estado democrático – aunque sea para transgredirlas. Tales
valores, por el hecho de que sean cada vez "más
universales", crean fuertes identificaciones que facilitan la
integración en el plan axiológico y
simbólico de movimientos sociales que actúan en
contextos políticos y culturales aparentemente muy
diferentes.

Lo que teje tales redes de colectivos sociales son
relaciones, conflictos y procesos políticos y sociales que
ocurren en la sociedad, cuyas causas y consecuencias se
entrelazan en el entorno cotidiano cada vez más
compartido
de los actores. Así como otros aspectos de
las relaciones sociales mediadas por ordenadores, los conflictos
y los procesos de cambio reverberan y se difunden en las redes
telemáticas hasta alcanzar lo cotidiano de las personas y
"conquistar" sus mentes. Los agenciamentos para el cambio social
hoy ocurren bajo nuevos contornos, en que interacción,
intención, conexión, identidad y acción
desempeñan papeles cada vez más fundamentales,
haciendo con que los actores sociales tengan una extensión
e influencia cada vez mayor, creando uno ambiente propicio a la
emergencia de nuevas formas de acción colectiva y
organización social.

7. Bibliografía

Alexander, Jeffrey C. (1998) "Ação
Coletiva, Cultura e
Sociedade Civil – Secularização,
atualização, inversão, revisão e
deslocamento do modelo
clássico dos movimentos sociais". Rev. Brasileira de
Ciências Sociais, n. 37, vol. 13. Online:

(Consulta en 09/09/2004).

APC (2004) "Nuestros Miembros" http://www.apc.org/espanol/about/members
. Miembros (Consulta en 12/09/2004).

Castells, Manuel Castells, Manuel (1999) A Era da
Informação: Economia, Sociedade e Cultura. Vol.
II: O Poder da Identidade. São Paulo: Paz e
Terra.

Castells, Manuel Castells, Manuel (2000) A Era da
Informação: Economia, Sociedade e Cultura. Vol.
II: A Sociedade em Rede. São Paulo: Paz e
Terra.

Castells, Manuel Castells, Manuel (2003) A
Galáxia da Internet. São Paulo: Jorge
Zahar.

Diani, Mario (2003a) "Networks and Social Movements: A
Research Programme" in Diani, Mario & McAdam, Doug
(Eds.) Social Movements and Networks -Relational Approaches to
Collective Action. Oxford: Oxford Univ. Press. Castells,
Manuel Castells, Manuel (2003b) "'Leaders' Or Brokers? Positions
and Influence in Social Movement Networks" in Diani, Mario
& McAdam, Doug (Eds.) Social Movements and Networks
-Relational Approaches to Collective Action. Oxford: Oxford
Univ. Press.

Escobar, Arturo. 2000. "Notes on Networks and
Anti-Globalization Social Movements", presented at 2000 Annual
American Anthropological Association Meeting, November 2000,
University of North Carolina, Chapel Hill.

Giddens (1997) Modernidade e Identidade. Jorge
Zahar. Ori.: Modernity and Self-Identity: Self and Society in
the Late Modern Age. Oxford: Polity Press.

Giddens (1991) As Conseqüências da
Modernidade. São Paulo: Unesp. Orig.: The
Consequences of Modernity. Oxford: Polity Press.

Giddens; A.; Beck, U.; Lash, S. (1997)
Modernização Reflexiva: Política,
Tradição e Estética na Ordem Social Moderna.
São Paulo: Unesp. Orig.: Reflexive Modernization:
Politcs, Tradiction and Aesthetic in the Modern Social Order.
Cambridge, Polity Press.

GTW (2004) "About" http://www.citizen.org/trade/about
(consulta en 16/09/2004)

Held, David (2002) "Cosmopolitism: Ideas, Realities and
Deficts" in Held, D; McGrew, A. (2002) Governing
Globalization. Cambridge: Polity Press.

GTW (1997) La Democracia y El Orden Global –
Del Estado Moderno al Gobierno Cosmopolita, Paidós,
Barcelona. Orig.: Democracy and Social Order: From the Modern
State to Cosmopolitan Governance. Cambridge: Polity Press,
1994.

IGC (2004) "About IGC". (Consulta em
09/09/2004).

Keck, Margaret, and Kathryn Sikkink. 1998. Activists
Beyond Borders. Advocacy Networks in International Politics.
Ithaca: Cornell University Press.

Kobrin, Stephen J. (2001) "Territoriality and the
governance of cyberspace", Journal of International Business
Studies, Winter 2001 v32 i4, p. 687(18).

Le Bon, Gustav (2004) [1895] "Preface" in The Crowd: A
study of the popular mind. 2nd edition Dunwoody, Georgia: Norman
S. Berg
http://www.propaganda101.com/OnlineBooks/LeBon/LeBon_1895/TheCrowd/LeBon_1895_00
(consulta en 10/09/2004)

Machado, Jorge (2002) "O Ciberespaço como
Arquitetura da Liberdade – Tentativas de
Territorialização e Controle da Rede", in
Alves, G.; Martinez, V. (2002) Dialética do
Ciberespaço, Bauru: Práxis. Online

http://www.forum-global.de/bm/articles/ciberespaco_territorializacao_jorgemachado.htm

Machado, Jorge (2003) "Internet, Ativismo
Político e Controles Governamentais", paper
apresentado no XI Congresso da Sociedade Brasileira de
Sociologia, Campinas, Brasil, 1 a 5 de
set. de 2003. Online: http://www.forum-global.de/bm/papers/netpol-machado.htm

Melucci, Alberto (1999) Acción Colectiva, Vida
Cotidiana y Democracia. México
D.F: El Colegio.

Melucci, Alberto(1996) Challenging Codes – Collective
Action in the Information Age. Cambridge: Cambridge
University Press.

Mi2G (2004) "$290 of malware damage per Windows PC
worldwide in 2004; XP Service Pack 2 creates 'Haves and Have
Nots' as road forks", Mi2G, Report 24 august 2004,

http://www.mi2g.com/cgi/mi2g/frameset.php?pageid=http%3A//www.mi2g.com/cgi/mi2g/abstract.php/damage

(Consulta en 12/09/2004).

Mi2G (2003) "Monthly World Record for Overt Digital
Attacks Broken – Politically Motivated Attacks Major
Contributing Force", Report MiG2 21 may 2003,
http://www.mi2g.com/cgi/mi2g/frameset.php?pageid=http%3A//www.mi2g.com/cgi/mi2g/press/210503.php

(consulta en 10/08/2003).

Nodo50 (2004) "FAQ". http://www.nodo50.org/faq.htm
(Consulta em 09/09/2004).

Oliver, Pamela; Myers, Daniel J (2003) "Networks,
Diffusion, and Cycles of Collective Action" in Diani,
Mario & McAdam, Doug (Eds.) Social Movements and Networks
-Relational Approaches to Collective Action. Oxford: Oxford
Univ. Press.

OXFam (2004) "About" http://www.oxfam.org/es/about
(Consulta en 09/09/2004)

Pasquino, Gianfranco (199X) "Movimentos Sociais", in
Bobbio, N; Pasquino, G; Matteucci (Eds) Dicionário de
Política. Vol. 2, pp. 787-92. Brasília: Ed.
UnB.

Roberts, P. (2003) "Iraqi Hostilities Go Online.
Hackers, virus writers
adopt war theme in mild action", USA Today, March 25,
2003,
http://www.usatoday.com/money/world/iraq/2003-03-25-hacktivism_x.htm

> (Consulta en 18/06/2003).

Scherer-Warren, Ilse (1993) Redes de Movimentos
Sociais. São Paulo: Loyola.

Schiller, Teresa; Wilske, Stephan (1998) "International
Jurisdiction in Cyberspace: Wich States May Regulate the
Internet". http://www.law.indiana.edu/fclj/pubs/v50/no1/wilske.html
. (consulta en 09/09/2004).

Smelser, N. (1989) [1963] Teoría del
Comportamiento Colectivo. México: Fondo de Cultura
Económica.

Smith, J.; Chatfield, C; & Pagnucco, R. (1997)
"Social Movements and World Politics. A Theoretical Framework" In
Smith, J.; Chatfield, C; & Pagnucco, R. (eds.),
Transnational Social Movements and Global Politics.
Syracuse: Syracuse University Press.

Tarde, Gabriel (2004) [1895] "Les lois de
l'imitation. 2ª. Les classiques des sciences sociales".
Québec: l'Université du Québec à
Chicoutimi. http://classiques.uqac.ca/index.html
(consulta en 14/07/2004).

Tarrow, Sidney (1997) El poder en movimiento. Los
movimientos sociales, la acción colectiva y la
política. Madrid:
Alianza Editorial. Orig.: Power in Movement: Social Movements,
Collective Action and Mass Politics in the Modern State.
Cambridge: Cambridge University Press.

Third World Network (2004) "About" http://www.twnside.org.sg/twnintro.htm
(Consulta en 09/09/2004)

Tilly, Charles (1978) From Mobilization to
Revolution. Mass.: Reading, Addison-Wesley.

Touraine, A. (1995) La producción de la
sociedad. México: IISUNAM.

Notas

[1] – Mientras miles de webs, de todas las partes
del mundo, pero principalmente de los EUA y del Oriente Medio,
divulgaban o comentaban noticias e informaciones sobre la guerra
del Irak, webcams transmitían ininterrumpidamente
imágenes en vivo de Bagdad. Por otro lado, soldados,
víctimas y familiares de los envueltos en el conflicto
aprovisionaban la red, a través de los blogs, con
informaciones venidas del front. Así, se puede
acompañar a partir de ambos lados y bajo los más
diferentes prismas, noticias venidas de las zonas de combate. En
algunas webs, como el www.bodycount.org, era posible
acompañar el número de víctimas fatales y no
fatales del conflicto (Machado, 2003).

[2] – Para ver as listas http://lists.indymedia.org
.

[3] – Ver http://docs.indymedia.org

[4] – Ver http://docs.indymedia.org

[5] – Es así que se define el Nodo50:
"proyecto autónomo de contra-información telemática orientado a los movimientos
sociales, una asamblea independiente que proporciona servicios
informáticos y comunicativos a la personas, grupos y
organizaciones de izquierda, un servidor de
Internet en que confluyen voces antagonistas y alternativas desde
un amplio espectro político; un centro de encuentro,
difusión y contra-información para los sin voz,
disidentes, subversivos, utópicos y desencantados… Nada
más y nada menos" (Nudo50, 2004).

[6] – La lista completa de las organizaciones que
componen el Nodo50 puede ser encontrada en la página
http://www.nodo50.org/organi.php?x=%.

[7] – La
comunicación y el flujo de información
desempeñan papeles tan importantes para la conexión
de las organizaciones en red, que surgió hasta un
"servicio" para
divulgar el calendario de protestas y eventos de este
género en el mundo – el Protest.net.

[8] – Una de las formas más utilizadas de
ataque, hasta por su simplicidad, es el denial of service
distribuido, que envía miles de requisito al mismo tiempo
a un servidor hasta llevarlo "abajo". Un grupo de hacktivistas
que lo utiliza es el Electronic Disturbance Theater, que hasta
desarrollaron un software llamado Floodnet.
En 2002 ese mismo grupo llevó abajo el servidor de la web
del Forum Económico Mundial, durante su realización
en Nueva York, perjudicando organizadores, participantes y
periodistas que dependían de las informaciones, boletines
y documentos del evento difundidos por el servidor.

[9] – Melucci (1996) las llama de "redes
sumergidas".

Estos contenidos son Copyleft bajo
una
licencia de
Creative Commons


Pueden ser distribuidos o reproducidos, mencionando su autor,
siempre que no sea para un uso económico o comercial. No
se pueden alterar o transformar, para generar unos
nuevos.

http://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0

"Este artículo es obra original de J. Alberto
Silva Machado y su publicación inicial procede del II
Congreso Online del Observatorio para la CiberSociedad:
http://www.cibersociedad.net/congres2004/index_es.html"

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter